Las soluciones suelen tenerlas los interioristas, que para eso se dedican a este tipo de cosas. Tirar muros (por supuesto, que no sean de carga), unir espacios convirtiéndolos en multifuncionales (salón-comedor, cocinas americanas, dormitorio-despacho o zona de estudio…), utilizar colores claros y adecuados, saber manejar la iluminación… Las opciones son muchas. Desde luego, no pretendo pisarle el terreno a ningún profesional, pues ellos son los que mejor saben lo que hacen; pero seguro que unos cuantos trucos para rentabilizar los metros de vuestras casas os vendrán estupendamente.
Las proporciones de las estancias deben ser equilibradas; si el techo es demasiado alto, la habitación dará sensación de estrechez. Un falso techo o una balda perimetral (para libros u otros objetos), situados a una altura de entre 2,20-240 metros del suelo, pueden lograr un efecto sorprendente.
Los blancos rotos o naturales, como por ejemplo los de las líneas de Bruguer o Valentine(colores oscuros y llamativos), son mejor elección que los blancos puros para espacios pequeños. Si queréis dar más “altura” a una pared, podéis pintar en ella una pared de unos 50 cm de altura en un color intenso, y dejar la parte superior en blanco o un tono similar, pero más claro. Y un consejo: cuanto más liso y uniforme sea la pintura, mejor.
Olvidáos de separar las estancias colocando distintos suelos; lo mejore es escoger una superficie continua para toda la vivienda. Los suelos cerámicos y los laminados son estupendas soluciones, en estos casos; recordad que la madera no aguanta bien la humedad de cocinas y baños. El microcemento pulido es también una estupenda elección, aunque ¡cuidado!, porque se raya bastante.
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